Bogdanovich - Rafael Filippelli




No sé si volví a ver “Saint Jack” por Gazzara, por Cassavetes o por el propio Bogdanovich. Me adelanto a poner de manifiesto de que soy consciente del rechazo que Mariano [Llinás] tiene por un director que a mí me parece fantástico. Como no tengo la costumbre de discutir posiciones tomadas por terceros y, mucho menos, interpretar esas posiciones (con esto quiero decir que sí tengo una interpretación) avanzaré despreocupándome de la cuestión.

Bogdanovich era muy amigo de Cassavetes. No de Scorsese, precisamente. Al final de “Opening Night”, cuando ya se ha ido el público y todos, a telón cerrado, festejan la primera función, Cassavetes se encuentra con Bogdanovich que ha ido a festejar con ellos y prácticamente medio en chiste medio como homenaje se lo presenta a Gena Rowlands.

“Saint Jack”, como muchas películas de Bogdanovich, es una comedia romántica. En ese sentido tiene mucho que ver con “Casablanca”, que supongo debe de haber sido el origen del proyecto. Un hombre dispuesto a entregar su vida en beneficio de la humanidad. Curiosa situación de un cineasta que filmó una adaptación de Henry James, “Daisy Miller”, tal vez la película que en la historia del cine mejor puso en escena el monólogo interior, y no como creen los tontos la versión de Huston de “Los muertos” basada en el famoso cuento de Joyce. En cualquier caso, me gustaría detenerme en algunas cuestiones que hacen de “Saint Jack”, no sólo una gran película sino que se relaciona con otros cineastas y procedimientos que no recuerdo que nadie haya prestado atención previamente.

En “North by Northwest” se produce una situación paradojal: una figura vacía –un publicista, luego un espía y finalmente un amante despechado- avanza en la intriga a través del saber del director de la CIA que viene a ocupar el lugar (no del narrador) sino el del director.

En “Saint Jack” ese lugar lo ocupa precisamente el personaje que actúa Bogdanovich, el director de la película. Es prácticamente como si el director dijera “déjenme que yo les explique de se trata esto que puede parecer confuso”. Y en realidad, lo que hace volver todo mucho más complicado, dado que nunca se termina de entender cuál es la relación que mantienen los personajes de Gazzara y Bogdanovich. Otra de las cosas que llaman la atención en esa fantástica película es la forma en que se
realizan las elipsis. Ahí están, pero disimuladas.

Si cuando escribí sobre “The Killing of de chinese Bookie” hablé de la calidad inusitada de la actuación de Gazzara en los planos de descarga, en esta película es un ejemplo sublime de la cuestión.

Polaroids registrados en el rodaje de "Saint Jack"

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