Las discusiones IV - Rafael Filippelli



Vos preguntás por qué deberíamos hablar de Viñas –o Sarlo en una discusión sobre cine. En primer lugar no sé de dónde sacas que yo cito a Sarlo. Por otro lado ambos han practicado el cine como guionistas y críticos. No veo por qué deberíamos dejarlos de lado. Ahora bien si se los quiere juntar para defender la idea de un cine de izquierda me parece muy pero muy equivocado. 

Más tarde hablás de “Literatura/Sociedad" y se lo adjudicás a Beatriz Sarlo. Descuento que Carlos Altamirano, coautor del libro, debería ofenderse. Sin embargo, lo más importante es que tratás del mismo modo la palabra sociedad con la palabra política. ¿No te parece un error grave? Aunque mantengan (no siempre) cierta relación, ¿no te parece que pertenecen a esferas del conocimiento distintos? ¿A vos las ciencias sociales y las políticas te parecen lo mismo?.

En otro momento afirmás que los mejores textos sobre cine argentino se los debemos a  algunos egresados de la carrera de Letras y ponés como ejemplo a Bernini, Aguilar y Oubiña. A mi modo de ver ¿queda claro que hablo por mí, como cuando Moreno te explicó que cuando escribe y filma habla sólo en su nombre? el problema es que mezclás a un académico, a un charlatán y a un intelectual. 

Estimado Nicolás. Me parece que –tácitamente – al menos entre vos y yo, se generó un pacto de lealtad. Dejé pasar la chicana cuando hablando de "Literatura/Sociedad" insinuaste que “mis coequipers no lo habían leído". Quiero que sepas varias cosas. Mi gran amigo Llinás me adelanto que intuía que tenías ganas de discutir conmigo. Esto es lo que estoy haciendo. No lo tomes como una amenaza; es sólo un pedido: tratémonos como ambos merecemos. Tal vez sea el comienzo de una gran amistad.

Desde ya te agradezco la deferencia hacia una película mía que ya tiene treinta y cinco años. Me convertí, sin quererlo, en el aguafiestas del cine en democracia.

Sin embargo, cuando decís que hay política hasta en las artes abstractas, bajo la forma de decirlo todo, se corre el riesgo de no decir nada. ¿Te acordás?: “No, no pretendo comprometer a la música ni a la pintura del mismo modo”.  Si bien, no quiero introducir a J.P. Sartre por la ventana, para mi generación nos fue imposible apartar su pensamiento “existencialista” de la discusión alrededor de la estética marxista. “Qué es la literatura”, la dialéctica en la historia y no en la naturaleza, su enorme trabajo sobre la primera película de Tarkovsky, “La nausea”; en fin, no tengo que explicarte precisamente todo esto a vos. Vos decís: “Hay que volver a las viejas discusiones”. Yo digo: hay que inventar otras, y eso es lo que nos proponemos con la revista con resultados desparejos. 

Para terminar, por ahora, me parece extraño que vos sepas cuales son las tradiciones que pretende seguir la "Revista de Cine" y yo no. Somos diez directores. El más viejo tiene 81 años y la más joven 30. No soy un experto en definir generaciones pero me parece que esos cincuenta años impiden hablar de tradiciones comunes.

Cariños,

Rafael 


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