Para concluir - Rafael Filippelli



Después de este breve intercambio que, al menos yo lo pienso como muy productivo, debo colegir, estimado Nicolás, que me conocés más de lo que merezco. Por lo mismo, sabés que nunca he practicado la exposición pública. Dirijo la "Revista de Cine" desde su fundación y sos la única persona que se ha interesado en (charlar) debatir conmigo durante estos seis años. Sinceramente, te lo agradezco. Yo también te conocía (de la época en que yo era miembro de "Punto de Vista") pero mantengamos la discreción que nos compete sólo a vos y a mí, y que seguramente las conversaremos entre nosotros.

Hemos pensado diferente, seguimos pensando diferente y, seguramente, seguirá siendo así.

Sin embargo, me resultó muy atractivo escucharte razonar; comprobar que tus conocimientos sobre las cuestiones en debate son amplios y sólidos y que me trataste con mucho respeto. 

No lo tomes como una crítica pero a ambos nos interesan el cine y la política. El tema es que a mí me interesa más el cine y a vos la política. Nos llevamos treinta años y a ambos nos traicionaron la política y el cine. De todos modos, yo no puedo dejar de gozar cuando un plano está bien resuelto. No hablo de imágenes. De eso se ocupa Solanas, que tengo entendido vos admirás.   

Efectivamente, tenés una cierta consideración o admiración por cineastas de mi generación. Citás a Solanas, Cozarinsky, Fischerman. Perdón, e incluso me has reconocido a mí por alguna película, cosa que creo haberte agradecido en su momento. Cuando trabajábamos como directores de comerciales, Fischerman fue empleado de Solanas y, cuando lo despidió, me contrató a mí, a quien despidió años después. Yo dirigía los comerciales de la productora de Solanas, mientras él y Getino preparaban “La hora de los hornos”. Más tarde, tristemente, yo miraba cómo según donde se exhibiera la película, aparecía y desaparecía el Che Guevara. Descuento que no lo tomarás como una provocación dado que sabés que no practico ese estilo. Te pregunto, me pregunto, ¿qué relación existe entre la moral, la ideología y la estética? ¿Proyectar la película en los sindicatos sin las partes del Che Guevara y proyectarla entre los grupos de izquierda con esas imágenes es una estrategia o simplemente oportunismo? 

Alberto Fischerman no fue mi amigo: fue mi hermano. En un texto tuyo ponés en un pie de igualdad “The players….” con “Las puertitas… No te ofendas, pero me hace acordar a los tilingos del Di Tella hablando maravillas de las películas de Armando Bó. 

También te equivocás –me parece cuando pensás que “La pieza de Franz” es la continuación de “The Players…”. No. La continuación es “Gombrowicz o la seducción”.

Estimado Nicolásm de ninguna manera estoy poniéndole fin a la discusión. Estoy postergándola por un tiempo. Yo no oculto nada. En primer lugar porque que no quiero que el blog gire alrededor de nuestra discusión, por mucho que me entusiasme. Y, luego, porque ya entramos en imprenta del número 8 de la revista y eso me va a tener muy atareado.

Estoy muy contento de este encuentro y deseo que la pandemia y mi avanzada edad nos permita volvernos a ponernos en contacto.

Un gran abrazo,

Rafael 




Comentarios

Entradas populares