Recuerdos (De Aníbal González Paz a Agustín Mendilaharzu) - Rafael Filippelli




El título se lo debo a un gran amigo y compañero de la Revista de Cine y de este blog.

El fotógrafo de cine, Director de fotografía, Iluminador o, como se prefiera, según las épocas dentro del desarrollo del cine, constituye, al menos a mi modo de ver, el centro de cualquier filmación. No lo voy a explicar. Si alguien no se dio cuenta que se dedique a otra cosa. Si bien lo que sigue es opinable, para mí no debe de haber fotógrafo y camarógrafo sino que una sola persona debe de hacer ambos trabajos. Más opinable aún es que yo pienso que casi siempre son mejores cameramans que fotógrafos. Para concluir este preámbulo, desde que comencé a dirigir películas, siempre fue mi primer fuente de consulta. He trabajado con muchos (y cuando digo muchos digo muchos), los mejores, buenos y hasta con alguno que ponía los contraluces de frente (me tocaba a mí corregírselo, claro está). En cualquier caso, estoy seguro de haber aprendido más de ellos de los que ellos aprendieron de mí. 

Cuando ya fui más adulto y daba clases de cine, trataba de convencer a los jóvenes directores y directoras que no eligieran a fotógrafos que supieran de lo suyo más de lo que ellos o ellas supieran de lo propio. Aunque sea un recurso siniestro, no hay nada peor a que te digan “eso no se puede” y que vos no puedas demostrar que sí. Algunos me hicieron caso y otros no.

Se me podría decir “¿y quién es el que decide si se puede o no?”. Además de que siempre se puede, el que decide (no si se puede o no sino lo que se hace) es el director. La cuestión es que, en líneas generales, los directores están muy mal formados. Y están muy mal formados, no sólo porque no hay mucha gente que les pueda enseñar sino porque sobrestiman  un talento que creen que les es innato y, sobre todo, porque creen que se puede hacer todo “lo que se siente”.

Si un fotógrafo, ante un plano cualquiera le dice a un director o directora (ya me estoy cansando de tanta corrección política) que va a quedar sub- expuesto, sin duda qué se le puede responder “no hay drama: vos metele”. Ahí es donde se entra en la parodia no buscada o, si se prefiere, en la tontería.

Entre los tantos problemas que tiene el cine, muchos, demasiados, están basados en la ignorancia y la superficialidad. 

Es muy probable que haya que volver al tema. Aunque hoy el llamado cine digital y la vieja película virgen parezcan no tener demasiadas diferencias, sin embargo, hay un abismo. Aunque ese abismo no esté fundamentalmente basado en cuestiones técnicas sino en deseos estéticos que ni siquiera se piensan como tales. Por eso insisto en la palabra ignorancia.

Para poner un solo ejemplo. En la época del registro fílmico, la fijeza de cuadro era una valor. Como es obvio hoy, con el llamado cine digital, ya no es así. Para poner de manifiesto un contrasentido, hoy, los planos fijos han dejado de ser fijos y no solo por el uso del steadycam. Los más conscientes comprendieron que los desplazamientos con el “steady” deben ser cortados en movimiento para disimular cuando se detienen la falta de fijeza. 

En fin. Se podría seguir y se debería hacerlo. Eso sí: no necesariamente yo solo.

A MLl.






Comentarios

  1. Hola Rafael,
    Aquí alguien que pese a su ignorancia desea seguir.
    No conozco las técnicas de quienes se dedican a la fotografía de una película. Quizás por eso siempre me llamó la atención que la persona responsable de luces y encuadres a veces no sea la misma que apoya su ojo en el visor: ¿cuál sería el motivo por el cual inclinarse ante tal escisión?
    Abrazos,
    Bruno



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    Respuestas
    1. Querido amigo, me he demorado en responder porque no sé hacerlo. No hay caso, no he logrado superar la máquina de escribir. Estoy mandando mi pequeña respuesta a Nicolás par que él te la reenvíe.

      No tengo ideas firmes de porque se produce en el cine esa escisión entre fotógrafo y cameraman. Em cualquier caso no creo que sea a partir de nada importante. Una posibilidad es que para que el sindicato cobre un sueldo más; otra que la institución cinematográfica, en su ignorancia, suponga que son actividades diferentes. No conozco otros lugares donde se practica la enseñanza del cine salvo la Fuc. Sólo ahí di clases. Ahí sí sé porque en los cortos que realizan los alumnos se los obliga a trabajar con fotógrafo y cameraman. No hay detrás ninguna cuestión teórica. Simplemente tratan de que en cada corto participen la mayor cantidad de alumnos.
      Mis recuerdos de la época en que yo trabajaba en la industria del largometraje, es que siempre había conflicto entre ellos. El equipo de cámara (que generalmente eran tres o cuatro, según cada tipo de producción) construían un grupo "enemigo" al fotógrafo que estaba más solo que Adán en el día de la madre. Dependía del "director" solucionar estos conflictos. Recuerdo frases tales como "Separame la cámara de la pared que tengo que poner un contraluz". O del otro lado, " Ese 2000 me impide hacer la panorámica porque me va a entrar en campo". En fin: una tontería innecesaria.

      A mi modo de ver la cuestión el fotógrafo y el cameraman deben de ser una sola persona.

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    2. Hola Rafael,
      Muchas gracias por tu respuesta.

      Con algunas tecnologías a mi me pasa lo mismo: recién intenté dejar un comentario desde el teléfono y no pude. Así que es muy probable que aparezcan dos comentarios míos seguidos.

      Imagino la irritación (y la paciencia) del director al tener que terciar ante esa innecesariedad. También infiero que ese estar ahí, en medio de la arena, es parte de su trabajo (sino SU trabajo; para vincular esto con tu último post).

      También coincido con vos: fotógrafo y cameraman deben ser uno.

      Abrazos!
      Bruno

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