El ocaso de las ficciones realistas - Juan Villegas




Situación narrativa: un personaje está pendiente de algo que lo preocupa y hay posibilidades de que pase una cosa (A) o todo lo contrario (B). Las películas suelen construirse muchas veces en base a este tipo de intrigas y la solución suele ser que una de las posibilidades se termine cumpliendo (A o B). Sin embargo, en la realidad funciona diferente. En la realidad, no termina pasando ni A ni B, sino algo inesperado, que puede tener elementos de A o B pero que claramente es otra cosa. La realidad suele tener una capacidad para enhebrar peripecias mucho más interesante que la que tienen los guionistas de cine. Creo que Borges no estaba de acuerdo con esto. En el prólogo a "La invención de Morel" decía que la supuesta libertad de la novela psicológica y realista se convertía finalmente en un mero desorden, por lo que sostenía su preferencia por la precisión lógica de las invenciones y los argumentos fuertes. Aunque tal vez no debamos pensar esta idea como una predilección de la ficción por sobre lo real, en cuanto a la posibilidad de generar un hecho narrativo. Lo que Borges critica son las ficciones que se construyen sin la invención de un argumento, confiando más en una lógica narrativa análoga a la de la realidad. Es decir: una mera variedad sucesiva de hechos sin ilación. En todo caso, tal vez haya que admitir que para dar cuenta de la complejidad y belleza de la realidad sean necesarias películas en las que esa “variedad sucesiva” de lo real no funcione como el peor de los artificios, lo que es cada vez más habitual. 

Además, se trata de una cuestión de verosimilitud. Si narro hechos reales pero los disfrazo de ficción, a cierto espectador puede empezar a molestarle que no haya suficiente arbitrariedad o “desorden”, como diría Borges. La suspensión de la incredulidad ya no se genera. 

Entonces, nos queda la pura ficción, la que pedía Borges. Si alguien lograra filmar un argumento de ficción pura que nos convenza tanto como lo hizo "La invención de Morel", nadie podría reprocharle nada. 


Pero me estoy evadiendo la pregunta inicial de estas notas, que tiene que ver con lo que podríamos llamar “ficciones realistas". Es decir, con ese tipo de películas de ficción que apuntan a tomar como referente lo real y en la que la importancia del argumento se diluye. ¿Puede el cine seguir construyendo ficciones que den cuenta del mundo real en las que lo esencial no sean los trucos del argumento? Claro que puede, pero a mí me están empezando a dejar de interesar, como espectador y como cineasta. 




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